La triste pero generalizada idea de que un embarazo podría ser un error, viene de la mentalidad moderna de que los hijos deben ser minuciosamente planeados. ¿Y cómo no va a ser así, si contamos con los avances científicos, la tecnología y el conocimiento suficiente para tener el control absoluto de la “planificación familiar”?
En esta cultura del dominio total de nuestras vidas y nuestros cuerpos, en la que los hijos deben ser planeados por nosotros, con las limitaciones propias de nuestra condición humana, existe la posibilidad de que alguno de ellos -o algunos- efectivamente sean un error.
En cambio, cuando estás abierto a la vida, y tienes la certeza de que todos son creados, planeados y deseados por Dios en su infinita sabiduría, bondad y generosidad, sabes perfectamente que jamás un hijo tuyo será un error.