El pronóstico del tiempo no era muy bueno, una tormenta con hielo podía sorprendernos en el camino. Daniel pensaba que por seguridad debíamos posponer nuestra peregrinación. A pesar de la amenaza de tormenta severa y la fuerte lluvia del camino ¡llegamos a este Pedacito de Cielo! Lo que ocurrió después fue un hermoso regalo de la Virgen.