Nunca había escrito una tonta calavera
No les encontraba sentido
Pero unas buenas amigas
Prendieron mi foco creativo
Empezaron a hablar de sus muertos
Y de sus bellas familias
Y que de repente me encuentro
Con una huesuda amarilla
¿Como que no tengo chiste?
-Me dijo con decepción-
Ahora en el clavo no diste.
¡Dónde está tu imaginación!
Las ideas no me vienen
-Le dije sin emoción-
Tengo ya mucho tiempo
Sin gota de inspiración.
Las musas y las ninfas
Se han olvidado de mí
Tengo ya muchos meses
sin poder escribir
Con las ideas atoradas
Y una pila de pendientes
Tengo poco tiempo
Para pasear por mi mente
Y qué me dices de mis niños
(¡Cinco nada más!)
Todos unos bandidos
Y ni un minuto de paz.
La calaca amarilla
preguntó con empatía
¿Tienes mucho trabajo
Y pocas energías?
¿Qué tal si me llevo a tus niños?
Por unos días nada más
Verás que se van muy tranquilos
Y así podrás descansar
¡No! le dije con ganas
No te los puedes llevar
Mis niños son mi tesoro
Y nada nos va a separar
Tengo muchas tareas
Pero también alegrías
Gracias a estos cachorros
Gozo mucho la vida
Y además mi esposo tan bueno
¡Nunca por nada se raja!
Con solo enseñar una chancla
Los latosos pronto se calman
Amoroso, responsable y niñero
Así es mi esposo tan bueno
Queremos otros 5 traviesos
Para llenar la casa de besos
¡Gracias esqueleto burlón!
Hablar de mis cariños
De mi esposo y de mis niños
¡Me han quitado la obstrucción!
Qué buen ejercicio mental
Creo que me empieza a gustar
esta bella tradición anual
Querida calavera
Vuelve el siguiente noviembre
Tú qué sabes si de pronto…
¡Ya tenemos otro nene!
A veces se hace el ridículo
Escribiendo una calavera
Pero es un gran ejercicio
Para la mente viajera.
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Con amor, la Familia Cabrera