Carta de amor de una mamá soltera

Carta de amor de una mama copy

Mi amada Sara Michelle:

Desde hace mucho he querido escribirte, pero siempre hay cosas que hacer en casa y siempre que me siento frente a la computadora, te propones levantarme de ahí a como dé lugar.

Me encanta ser tu mejor amiga y disfruto de cada segundo que requieres de mi atención, pero a veces tengo que pagar el precio: ¡me resulta casi imposible hacer una llamada o contestar un mail! ¿Y qué decir de intentar limpiar o hacer cualquier otra cosa? Vas por mí con ese tono autoritario que me encanta y haces que me siente junto a ti a ver la televisión o a colorear tus libros.

Hoy tengo un poco de tiempo en el trabajo, así que hoy podría escribir en unas cuantas líneas todo lo que hay en mi corazón para ti, desde que llegaste a mi vida hasta el día de hoy.

A veces me levanto en la noche solamente a contemplarte. Me parece un suspiro este tiempo que ha pasado y en el que has crecido tanto. Me parece increíble que seas tan perfecta y hermosa, que tengas tanta energía y tantas ganas de vivir. Me maravillan tus deseos de aprender.

Las cosas pequeñitas que hacen los otros niños, cuando tú las llevas a cabo me parecen obras de arte: cada palabra que estrenas, cada estrofa que cantas o tarareas, cada proyecto que te propones y logras…

Vivo admirada de tu manera de socializar y de comunicarte con todas las personas. Así como eres tú, tan segura de ti misma, sin miedo, te lanzas a conocer el mundo y a los vecinos y a los niños del parque y a las personas de la iglesia y al bebé que llora en el supermercado. Tú no entiendes de barreras culturales o lenguajes, tú sólo quieres acercarte a las personas y te haces entender a como dé lugar. ¡Cuántas cosas tengo que aprender de ti mi amada Sara Michelle!

Nunca pensé que llegaría a ser tan feliz y a estar tan agradecida con la vida. Ser tu mamá ha sido lo más extraordinario que me ha podido suceder. Nunca pensé que el corazón fuera capaz de amar tanto y tan intensamente. Nunca hubiera entendido que existen niveles sobrenaturales de amor y de felicidad, y que es imposible vivirlos hasta que experimentas el milagro de la maternidad.

Aún en esos momentos difíciles en los que me cuesta tanto trabajo convencerte o entenderte, aún en medio de las turbulencias de este nuevo camino que andamos juntas, quiero decirte mi amada Michelle, que no cambio un solo segundo de mi vida contigo por toda la riqueza del mundo, y que nada me ha traído tanta dicha y bendiciones, que estos dos años llenos de tus besos, tus ocurrencias, tus travesuras, tus carcajadas, tus preguntas, tus brincos en la cama, tus canciones infantiles, y todo el paquete de maravillas que llegó junto contigo; estos dos añitos en los que dejaste de ser una bebita diminuta y dormilona y te convertiste en una hermosa y extraordinaria niña llena de vida.

Dime mi amada Michelle: ¿cómo es que puedes perdonar a tu mami que a veces tiene que regañarte? ¿Cómo es que no dejas de quererme cuando tengo que dejarte en la guardería tantas horas al día? ¿Cómo es que puedes correr a mis brazos todas las tardes y me regalas un beso tan lleno de emoción? ¿Cuánta inocencia, ternura y cariño generoso hay en ese corazón de niña chiquita?

Mi niñita bella, hoy tengo algo que confesarte. Cuando eras mucho más pequeñita, y me di cuena por primera vez que estabas dentro de mí, me enfrenté a la prueba más dura de mi vida. En ese momento me costó mucho trabajo comprender el gran amor que llegaría a sentir por ti. Me sentí muy sola y muy triste. Mi mundo entero se vino abajo. Estaba muy enojada con todos, pero principalmente conmigo misma.

Quiero que sepas mi niña hermosa, que a pesar de mis errores y a pesar de haberme alejado tanto del camino de Dios, tu vida no es un error. ¡Tú no eres un error! ¡Al contrario! Tú has estado desde siempre en el plan perfecto de Dios, y en el plan que Él tenía para mí, para mi conversión, para mi salvación y para mi felicidad.

Tú, mi chiquita preciosa, salvaste mi vida de todas las formas posibles. Sinceramente no sé qué habría sido de mí si no hubieras llegado a mostrarme lo que era el amor puro y perfecto, el más parecido al que tiene Dios por nosotros sus hijos (aunque a veces nos equivoquemos y nos hagamos tanto daño).

Dios se valió de tu hermosísima existencia para hacerme una persona nueva, dispuesta a darlo todo por ti. Gracias a ti se acabó la oscuridad. Desde hace dos años eres mi rayito de luz, mi esperanza, mi ilusión, pero sobre todas las cosas, pequeñita hermosa, has sido mi camino de regreso a Dios.

Mi amada Sara Michelle, concluyo con decirte que gracias a ti encontré un sentido extraordinario a mi existir y que aunque estamos comenzando juntas este recorrido por la vida, estos dos primeros años han sido para mí de inmensa alegría. Si pudiera volver el tiempo atrás y me dieran la oportunidad de elegir, volvería a ser tu mamá y nada me haría más feliz que volverte a tener en mis brazos: pequeñita, frágil e indefensa. Nada me haría más feliz que vivir de nuevo estos dos años que el día de hoy puedo calificar como los más maravillosos de toda mi vida.

Te amo con todo mi corazón.

Tu mami

Translate »